viernes, 4 de enero de 2013

EJERCITO NORTEAMERICANO POSEE LA BOMBA-TSUNAMI.

http://www.corriere.it/cronache/13_gennaio_03/test-segreti-bomba-tsunami_729496ac-55a9-11e2-8f89-e98d49fa0bf1.shtml

La bomba atómica no fué la única alternativa del Ejercito USA para LA SOLUCIÓN FINAL de su guerra contra Japón: también contemplaron provocar tsunamis que arrasasen las pobladas costas japonesas.

El Daily Telegraph y el Corriere della Sera han dado a conocer libro que revela que la tecnología militar yankie puede producir tsunamis intencionalmente con fines bélicos.
SE TRATA DE LA BOMBA-TSUNAMI IDEADA POR MILITARES NORTEAMERICANOS A FINALES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
Estos antecedentes inéditos de la trastienda de la IIGM han sido publicados en el libro "Secretos y tesoros" del periodista y escritor neozelandés Ray Waru, quien investigó en los archivos militares neozelandeses que hasta ese momento seguían siendo considerados ultra secretos.
¿Qué es lo que encontró Ray Waru en los archivos top secret del Ejercito de Nueva Zelandia?
Dió con documentos de junio de 1944 que hablaban de los preparativos de la operación "Project Seal", consistente en testear en aguas de Nueva Caledonia una serie de artefactos explosivos que fuesen capaces de provocar una onda marina anómala de diez metros de alto que pudiese arrasar una pequeña ciudad costera.
Así, de este modo, durante el final de la IIGM, Estados Unidos, en vez de soltar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, habría podido emplear bombas-tsunamis para inundar las ciudades costeras japonesas.

TEST. 
La idea de la bomba-tsunami se debe a E.A. Gibson, un oficial estadounidense que había observado que cuando se destruían las barreras de coral que rodean las islas del Océano Pacífico mediante explosiones hechas en el mar, a veces se producían a continuación grandes ondas anómalas que avanzaban una gran distancia. El testeo de ésta idea fué exitoso: durante el período de pruebas se hicieron explotar en el mar unos 3.700 de estos dispositivos, primero en las aguas de Nueva Caledonia y despues en las aguas que rodean la Península de Whangaparaoa, cerca de Auckland.
Las intenciones del ejercito estadounidense eran poder usar la bomba-tsunami como una alternativa al empleo de la bomba-atómica, pero la dejó de lado al comenzar 1945, en atención al costo económico u logístico, pues se dieron cuenta que para provocar ondas significativamente destructivas se necesitaban unos dos millones de kilos de explosivos.
Aún así, los militares neozelandeses prosiguieron sus investigaciones hasta finales de la decada de 1950.

TESTIMONIO.
El autor del libro, Ray Waru, afirma que si se hubiese usado la bomba-tsunami, la IIGM habría sido distinta: " Presumiblemente, si la bomba atómica no hubiese funcionado, una onda marina anómala habría arrasado a muchísima gente. Si la bomba-tsunami se hubiese mostrado en una película de James Bond, todos habrían pensado que era una cosa de fantasía. En cambio, los documentos encontrados demuestran que era algo real."
La colaboración militar Estados Unidos-Nueva Zelandia prosiguió por 40 años, hasta que en los años 80 el gobierno neozelandés decretó que ninguna nave armada con ojivas nucleares podía ingresar a sus aguas territoriales. Esto fué considerado por Estados Unidos como una afrenta y a consecuencia de ello rebajaron el nivel de las relaciones con su antiguo partner, considerándolo ya no como un estado aliado sino que ahora simplemente como un país amigo.
(Redacción basada en la de Francesco Tortora. 2013-01-04, Corriere della Sra, Milano, Italia). 


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